
El Banco de Pagos Internacionales (BPI) advierte al G20 que las criptomonedas no pueden utilizarse como dinero, al igual que el FIAT. La entidad central señaló «defectos estructurales internos» previniendo que los activos digitales puedan desplazar sus propias monedas.

El día de hoy, el Banco de Pagos Internacionales (BPI) ha formalizado un informar en el que se describe que los activos digitales no pueden usarse al igual que las monedas tradicionales debido a «defectos estructurales internos». El BPI es una organización financiera internacional propiedad de varios bancos centrales con sede en Basilea. Se le conoce como la «entidad bancaria de los bancos centrales», y fomenta la cooperación financiera y monetaria internacional entre las entidades.
El documento describe a los activos digitales como una herramienta no comparable al dinero tradicional debido a una serie de problemas de: inestabilidad, ineficiencia y responsabilidad. Estos fallos plantean una barrera insuperable, por el momento, que no se compensaría con los posibles beneficios innovadores que estos podrían ofrecer.
En el documento también pueden leerse fragmentos del estilo al siguiente: «las criptomonedas hasta ahora no han logrado aprovechar la innovación en beneficio de la sociedad». De forma estratégica, el BPI ha preparado el documento para presentarlo durante una reunión de ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales del G20. Esta reunión tuvo lugar en Gandhinagar, India, durante el pasado fin de semana y parece que el BPI ha querido desprestigiar a los activos digitales para reforzar la confianza en las monedas fiduciarias tradicionalesen lo que parece un intento por evitar un posible desplazamiento de las mismas ante la llegada de la nueva tecnología monetaria basada en blockchain.
«Crypto sigue siendo en gran medida autorreferencial y no financiera la actividad económica real. […] Las fallas estructurales internas lo hacen inadecuado para desempeñar un papel importante en el sistema monetario actual.» Estas son algunas de las múltiples citas que realizan el documento, intentando convencer a los reguladores monetarios del G20 de alejarse lo máximo posible de unos activos sobre los que las entidades bancarias centrales no tienen a penas poder.
El informe se ha publicado tomando referencias en un pasado año turbulento para los activos digitales. El informe cita los colapsos millonarios de la casa de intercambio ftx y el protocolo tierra, así como otras estafas y ataques realizados por hackers a protocolos poco seguros. Otro punto en el que se han basado es la escalabilidad del ecosistema en general, el cual tendría que expandirse a niveles mucho superiores para abarcar lo que sería un sistema de pagos globales y completo.
Las entidades bancarias centrales se han mostrado reacciones para facilitar la expansión de los activos digitales, por miedo a una posible pérdida de poder global. Desde las mismas entidades bancarias centrales, estas han tomado la decisión de crear sus propios activos basados en la moneda fiat, lo que se conoce como un CBDC.
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