
Primero, 50.
Entonces, 25.
Finalmente, 12.5.
Después, las 6.25.
Y ahora, 3.125.
Cuatro halvings después, entramos en la quinta de las 33 épocas de Bitcoin. Las primeras 32 épocas, en términos de Bitcoin, duran 210.000 bloques, y la 33ª dura hasta la muerte por calor del universo.
A 10 minutos por bloque, en promedio, es decir, cada cuatro años, Bitcoin reduce su emisión de oferta a la mitad. La finitud numérica específica que surge de este mecanismo –que define la escasez de bitcoin en un universo casi infinito– es, en última instancia, irrelevante. Satoshi podría haber comenzado con una recompensa de bloque de 100 bitcoins y hoy habríamos llegado casi al mismo lugar. Pero hay algunas ventajas de comenzar en 50, como que el 50% de todos los bitcoins que se emitirán serán durante la primera época. Y así, el 25% de todos los bitcoins que se emitieron alguna vez se emitieron en el segundo, y así sucesivamente.
Hablando de cuarta, la cuarta época termina en el cuarto mes de 2024 cuando se completa la cuarta reducción a la mitad en el bloque 840.000. Muchas cosas sucedieron la cuarta vez: El Salvador convirtió a Bitcoin en moneda de curso legal, el juego ETF de Wall Street, el softfork que habilita Taproot e incluso Ordinals.
Cada nueva reducción a la mitad plantea la legitimidad de la teoría del ciclo, de si se puede o no “contabilizar en el precio” la emisión de oferta.
Cada reducción a la mitad es un momento de autorreflexión para los bitcoiners y la cultura que curan. Bitcoin no sólo ya no es una contracultura con la adopción (¿cooptación?) del Estado-nación y de Wall Street, sino que ya no es una monocultura. Si bien muchas cosas nacieron durante esta época, quizás sea la muerte del bitcoiner homogéneo la más evidente.
Bitcoin es para cualquiera; Salvadoreños, Larry Fink, Bored Apes y ESG’ers.
Bienvenidos a la Quinta Época.
los editores